A pesar del aumento de los controles en la venta de alcohol su consumo entre los más jóvenes continúa aumentando. Lo que disminuye paulatinamente es la edad de inicio y la percepción del peligro del consumo de marihuana.

Desde hace muchos años el Colegio Santa Elena trabaja en la prevención de conductas de riesgo, tanto a nivel de sexualidad, como de consumo de sustancias e incluso de seguridad vial.

Magela Grisoni, Secretaria de Pastoral de Secundaria del colegio dijo a Metropolitano que se debe diferenciar entre el consumo y el consumo problemático, ya que todos en algún momento consumimos sustancias como lo son por ejemplo los medicamentos. En el Santa Elena entienden que en el caso de los adolescentes, consuman lo que consuman es algo problemático. “Ellos no tienen conformada su personalidad ni su sistema nervioso, por lo que cualquier tipo de consumo aun en dosis reducidas es problemático”.

Por un lado se trabaja la prevención inespecífica y por otro la específica. La primera tiene que ver con todo lo que se hace en el colegio en la educación para la vida, para el amor, para la solidaridad, así como los trabajos en autoestima y conformación de la personalidad. “Entendemos que criar jovencitos que se quieran a sí mismos, a los demás y a su entorno, ya previene. El consumo problemático está muy asociado a la carencia del sentido de la vida, a vínculos no saludables, entre otras cosas.” Es por eso que se realizan, a la interna de la institución, una gran cantidad de actividades que apuntan en ese sentido. “Creemos que tanto la resiliencia como la espiritualidad es un factor de protección en las conductas de riesgo y por eso trabajamos con nuestros alumnos entre los 2 y los 18 años.” En cuanto a los trabajos específicos en la prevención del consumo, Grisoni indicó que comienza en primero de liceo, conversando con los alumnos sobre lo que son las sustancias y los riesgos que implican. Ya en segundo al abordaje se le suma lo biológico y se hace de una manera más interdisciplinaria.

Fue en ese marco, y con el apoyo de la prestigiosa y especializada ONG Encare que se llevan adelante trabajos como el desarrollado semanas atrás y al cual estuvieron invitados no solamente los padres de los alumnos sino todos aquellos que tuvieran interés, fueran o no parte de la institución. “Los 13 o 14 años se han transformado en una edad bisagra. Es allí donde comienzan las matiné bailables y las salidas se hacen más frecuentes, y es por eso que la prevención se hace tan importante.” Es un dato de la realidad que la edad de consumo de sustancias es cada vez más temprana, y que ha habido un aumento en el consumo de marihuana. “Personalmente creo que hay una gran confusión. El hecho de que se haya legalizado e incluso toda la propaganda que se hizo en su momento a favor de esa legalización hicieron que bajara la percepción de riesgo. Parecería que si se consume marihuana no pasa nada. Se había dicho que se haría una gran campaña educativa y preventiva del consumo y aun no se ha visto y eso generó una gran confusión y por ende un aumento.” De todos modos Grisoni entiende que el gran problema pasa por el consumo por parte de los más jóvenes de una droga legal como el alcohol, donde también descendió el nivel de edad de comienzo. “A los adultos no nos gusta que nuestros jóvenes consuman alcohol, sin embargo somos nosotros mismos los que se lo facilitamos. Debe quedar claro que el alcohol antes de los 18 años hace mal, no solamente por lo estrictamente biológico sino porque entre otras cosas un adolescente alcoholizado queda muy vulnerable.”