El Parque Policial de Solymar, a media cuadra Márquez Castro y a media de Giannatassio, sin duda no había tenido en toda su historia una actividad que convocar a unas mil personas por día, siendo el 70% de ellas niños y adolescentes. Se trata de la séptima edición de la Feria del Libro de Ciudad de la Costa. Miles de niños y jóvenes la vistan y hay más de 90 actividades, dos carpas para eventos y una cuidada selección y exposición de libros que va hasta el 16 de agosto. La forma lúdica de acercarse a la lectura es la base y su característica. Desde la entrada ya un gigantesco hombre en zancos y frac los recibe y es solo el comienzo. Hay títeres, teatro, música, una parte inclusiva donde se ven escenas muy emotivas de jóvenes sordo mudos enseñándoles a otros su lenguaje y libros en Braile, hay un libro gigante donde todos pueden escribir una frase y así se realiza un cuento colectivo, exposición de pinturas de colegios de la zona y hasta una bailarina de flamenco que recita versos de García Lorca. Todo está pensado desde el juego, desde lo artístico, desde el deslumbramiento y hacia el libro. Resulta fascinante ver a cientos de niños revolver entre libros, divertidos y a la vez atentos. Se calcula que en los doce días que dura el evento unas 11 mil personas pasarán por el.
Todo fue idea de su alma mater, Beatriz Santestevan, hace siete años. Lleva meses su organización previa a puro pulmón y hoy trabajan a diario en el predio unas 80 personas.

“La primera feria surgió a partir de un sentimiento critico que como titular de una librería, tenía sobre otras ferias que tienen la oferta del libro como si fuera producto de shopping y ofertas como si fuera una liquidación cualquiera”, dijo a Revista Metropolitano, Santestevan.

Sobre el trabajo de extensión de cultural que lleva a miles de niños a la feria, Santestevan apuntó que: “de mañana y de tarde esto es una afluencia continua de chicos y docentes. Es totalmente interactivo. Tenemos la idea de que los niños desde que llegan a la Feria hasta que se van continuamente estén acompañados por un líder anfitrión, jugando y luego llegan a la sala de exposición de libros. La idea es asociar a la lectura el disfrute y la diversión, que no sea algo cansador, que las horas que estén acá dentro estén disfrutando”, explicó.
En cuanto a las diferencias con otras ferias indicó: “El primer punto de diferencia es la forma de exposición que es temática, no le vendemos stand a las editoriales, se exponen por tema o autor en lugar de las editoriales, y no ocurre que la persona encuentre el mismo libro cada cinco metros”, explicó Santestevan.