El entrenamiento antes del partido de fútbol es intenso en el complejo deportivo Ruben Sosa de Lagomar.
Los traslados con dominio de la pelota, se hacen a gran velocidad con el balón yendo de un pie a otro constantemente. El sonido se vuelve esencial para el juego, no solo hablarse, chasquear los dedos, las directivas de los guías detrás de los arcos y hasta la pelota que particularmente tiene un sonido como de sonajero que indica siempre donde está. Si el juego en equipo es importante para el fútbol tradicional, en este caso su relevancia es superlativa.
La cancha también es diferente a la acostumbrada y en vez de líneas laterales tiene una vaya inflable de medio metro de alto por lo que la pelota no se va por los costados. Se trata de la primera Copa Canaria de Fútbol para Ciegos que se disputó con dos encuentros entre los equipos de Peñarol de Uruguay y ACERGS (Associaçao de Cegos do Río Grande do Sul). Sólo los arqueros no son ciegos.
El equipo uruguayo contó con dos jugadores de Canelones, específicamente de Tala. La jornada fue una fiesta deportiva y de inclusión. Uruguay tiene un solo equipo de estas características creado por el club aurinegro hace un año. Esto dificulta organizar torneos con equipos que deben traer de fuera y que se generaran más equipos posibilitaría crear una liga y el crecimiento de esta necesaria actividad.
“Es muy importante para mí, me ha dado más confianza en mi vida cotidiana. Nos juntamos con Mauro y vamos juntos a entrenar. Esto me ayudó muchísimo a continuar. Estoy muy agradecido de esta oportunidad, agradecido a mi madre, a la Intendencia por lo que ha hecho con nosotros y además es buenísimo que el cuadro sea Peñarol porque soy carbonero desde siempre”, contó a revista Metropolitano, Lenny Lemos de 15 años, que junto a Mauro Díaz, ambos de Tala, participan del equipo.
Lenny y su familia mantienen una relación de varios años con la comuna canaria, que logró su reinserción en la escuela, le otorgó una casa a la familia formada por cinco hermanos y su madre, que vivían en una zona inundable y además le regaló una computadora especial para ciegos.
“La idea surgió porque estamos en una época donde la inclusión nos atraviesa a todos en todos los aspectos de la sociedad. Estamos en un paradigma inclusivo. Yo soy maestra especializada y trabajo en una escuela para personas con discapacidad en Montevideo. Y me contacté con la gente de Peñarol para hacer un Peñarol inclusivo. Empezamos a promocionarlo y paralelamente se acercaron estos muchachos que son jugadores ciegos y no tenían casi lugar porque en nuestro país no hay ni recursos económicos ni humanos para este tipo de cosas”, explicó a revista Metropolitano, Mariana Laufer que junto a Delia García y José Luis Bringa, integra la comisión aurinegra que trabaja en esto.
“Este año estamos invitados a la Libertadores pero eso requiere de tener más sponsor. Agradecemos siempre a la directiva por abrirnos las puertas, el 1ero. de junio va a hacer un año que empezamos. No hay otros cuadros y ojalá se replique en otros cuadros de Uruguay para poder tener una liga interna. Estos encuentros dan mucho trabajo. Estos muchachos han venido desde Brasil, hemos jugado contra Estudiantes de la Plata, contra Boca en Colonia y hemos hecho exhibiciones en el interior”, contó Laufer.

Sobre la importancia de esta actividad para superar la situación de algunas personas subrayó que “tenemos un jugador que quedó ciego hace dos años porque le pegaron un balazo y cuando empezó estaba muy inseguro y ahora hay que verlo como se maneja en la cancha y en la vida. Porque es todo un aprendizaje ser ciego cuando uno no nace ciego”, indicó.
En el lanzamiento de la Copa el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, se comprometió a difundir esta disciplina, a darle impulso con otras intendencias y clubes del departamento. “Como institución recogemos el guante de poder difundirlo más. Acá en Canelones tenemos al Club Juventud y los demás de nuestra Liga. Es un compromiso. Estoy seguro de que se van a enganchar fundamentalmente los gobiernos departamentales; si algún otro equipo de la AUF se engancha, mejor, pero si no lo haremos con la gente del interior”, expresó.

La historia de esta disciplina

El fútbol para ciegos comenzó a practicarse informalmente y de manera más o menos simultánea en Brasil y en España, sobre todo a partir de la década de 1950, con testimonios que lo remontan a la década de 1920, entre los estudiantes de los institutos para ciegos, en los patios durante los recreos. El proceso formó parte de la generalización del futsal en ambos países, debido a que los salones y gimnasios resultaron ser espacios mucho más adecuados para evitar la desorientación.12 Otros países de práctica temprana del fútbol para ciegos fueron Colombia desde la década de 1970 y la Argentina desde la década de 1980.34
Desde un inicio se utilizaron como «pelota» objetos que hicieran ruido, como latas, recipientes llenos de guijarros, botellas de plástico con piedras en su interior o latas de betún -cómo ya se practicaba en Colombia en la década de 1970-.3 En Brasil se descubrió que una pelota de fútbol envuelta en plástico producía un ruido orientador, del mismo modo que en Argentina pegaban chapitas de gaseosa sobre la superficie de una pelota, en la década de 1980.4 A fines de la década de 1970, existen registros de que el profesor João Ferreira utilizaba en Pernambuco una pelota de cuero con cascabeles dentro, inventada por él mismo y construida por un artesano local; esa pelota sería adoptada oficialmente en la década de 1990.5
En 1978 el fútbol para ciegos fue incluido por primera vez en una competencia nacional, en las IV Olimpíadas Nacionales da las Apaes (Asociación de Padres y Amigos de los Excepcionales), realizadas en Natal, Brasil.1 Poco después en 1984, también en Brasil, se realizó en São Paulo el primer campeonato nacional de fútbol para ciegos con el nombre de Copa Brasil de Futebol de 5.1 Dos años después España realizó su I Campeonato de España de Fútbol Sala, categoría B1.6
Entre 1988 y 1995 se realizan algunos torneos internacionales que incluyen el «fútbol sala para ciegos», en España, Argentina y Brasil, con la participación de los primeros seleccionados de esos tres países y de Colombia. El acercamiento entre jugadores y dirigentes de esos países, llevó a la unificación de las reglas:
El futbol argentino aportó las gafas y parches oculares; el brasileño, la pelota con sonido interno; y el español, el vallado lateral.4
En 1995 se produce un hecho trascendente cuando la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA) creó el Subcomité de Fútbol Sala, integrado por el español Carlos Campos, el brasileño Ramón Souza y el argentino Enrique Nardone.4
El reconocimiento oficial del fútbol para ciegos por parte de la IBSA y la unificación de sus reglas, llevó a la organización en 1997 de los primeros dos grandes torneos continentales: la I Copa América de Fútbol en Asunción, realizado del 1 al 4 de octubre (Argentina, Brasil, Colombia y Paraguay),7 y el I Campeonato de Europa de Fútbol Sala para Ciegos y Deficientes Mentales, realizado en Barcelona entre el 16 y el 20 de septiembre (Bielorrusia, Gran Bretaña, España, Irlanda e Italia).8
Al año siguiente, en 1998, la IBSA organizó el I Campeonato Mundial de Fútbol para Ciegos, en Campinas, Brasil, 9 y en 2004 el deporte fue incluido en la programación de los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, acontecimiento de máxima importancia para la notable difusión y reconocimiento social que el deporte tuvo desde entonces.
El calendario de competencias de alto nivel se completa con el Campeonato Asiático realizado desde 2007, el Campeonato Africano realizado desde 2014, la inclusión del deporte en los Juegos Parapanamericanos desde 2007, y la realización de los Juegos Mundiales para Ciegos, cada cuatro años.