Si no fuera por la técnica que existe hoy de fotografiar y filmar con celulares, a los niños que jugaron junto al mejor centro delantero del mundo, nadie les creería. Fue un sábado que los niños del club Lagomar no podrán olvidar fácilmente. Una filmación de Luis Suárez de apenas dos minutos jugando de arquero en una canchita con niños recorrió el mundo. Es la humildad y sencillez de los grandes como se dice, pero incluso el delantero del Barcelona ya había donado una camiseta suya y firmada al club para una rifa. Además como informó Revista Metropolitano, el salteño apadrinará el techamiento de una piscina en Solymar.
La llegada al club fue totalmente sorpresiva y los presentes casi no lo podían creer.
“Se habló con él para que donara una camiseta para recaudar fondos para el club y desde entonces se entabló una relación con él. «El vive acá cerca de El Bosque y un día se le cuadro venir”, contó a Revista Metropolitano el gerente del Country Club Lagomar, Jorge Campomar.
Al club llegó con la capucha puesta sin duda para pasar un poco desapercibido. “Pero apenas hablamos fuimos para la canchita, se sentó allí se puso a tomar mate y se sacó la capucha. Yo le pedí que fuera él que se lo tomara como un día fuera de lo común, y así fue, se puso a mirar jugar a los gurises, no había fotógrafos y cuando quisimos acordar estaba jugando al fútbol con los chiquilines y para peor lo pusieron de golero”, contó el gerente. Suárez llegó con sus dos hijos pequeños que también participaron del juego.
“Se lo veía muy contento, es su lado humano fuera de la estrella mundial. Fue un día normal, tranquilo. Me pareció un tipo muy sencillo, muy tímido y muy sencillo”, indicó Campomar.
Por supuesto que los gurises no acreditaban lo que estaba pasando pero más que acosarlo a preguntas se metieron en el juego e hicieron hasta lo imposible por meterle un gol.

“Conversó con los niños, se sacó fotos con ellos. Los niños no podían cree que él estuviera ahí como uno más. Pero jugaron más al fútbol que otra cosa. Jugaron divirtiéndose, tirando “cañitos”, etc. Los sábados de mañana practican las categorías de los más chiquitos”, contó el gerente del club.

“Tuvimos a uno de los mejores jugadores del mundo, a una estrella del Barcelona, al mejor nueve del mundo sentado ahí en un tronquito tomando mate”, dice con orgullo Campomar.
Y es verdad que tal vez solo en Uruguay lo pueda hacer. “Porque acá la gente no es tan chauvinista. Creo que la única filmación que se hizo la hizo una mamá y fue la que trascendió en las redes y en la prensa. Normalmente no puede salir de la casa sin que la prensa lo siga. Cuando me acerqué a agradecerle que haya venido, de una manera oficial digamos en nombre del club, le dije que yo era como extraterrestre porque no le iba a pedir que se sacara una foto conmigo”.

La imagen recorrió el mundo y hasta un diario español tituló la nota. “Suárez deja el lujo del Camp Nou y se va al campito de Lagomar”. Y para nosotros fue un orgullo”, expresó el gerente.

Aunque no fue el único jugador profesional que ha pisado la canchita del club Lagomar. Estuvieron Polilla Da Silva y Darío Rodríguez que me comentó que jugó en esta cancha de chico. “Las canchitas, el campito, son las raíces del fútbol nuestro. El fútbol de moñitas, las bromas, la pelota entre el barro. Nosotros tenemos otra cancha que está muy bien, con gradas y la cuidamos. Los gurises adquieren valores, saben que cuesta conseguir las cosas y lo valoran”, afirmó Campomar.

Suárez: “en mi casa
faltaba de todo”

Suárez reconoció que nunca le faltó un plato de comida en la mesa, pero empezó a trabajar desde pequeño para llevar dinero a su casa, dijo en una entrevista con la televisión española. «En mi casa faltaba de todo. Nunca me faltó un plato de comida, es cierto, pero no me avergüenzo de decir que con 11, 12 o 13 años me iba a cuidar autos con mi abuelo para tratar de llevar algo de plata a mi casa».
Éste esfuerzo le ha permitido valorar como profesional su situación actual, y así lo declaró abiertamente el ariete charrúa: «Esas cosas me hacen recordar el sacrificio que hice para poder jugar a fútbol. Por eso ahora lo valoro todo mucho más y no me avergüenza explicar las cosas que hacía para tener un plato de comida».

LA FRASE

“Se lo veía muy contento, es su lado humano fuera de la estrella mundial. Fue un día normal, tranquilo. Me pareció un tipo muy sencillo, muy tímido y muy sencillo”. Gerente del Country Club Lagomar, Jorge Campomar.