Luego que este domingo, la Comisión Especial de Reconocimiento y Reparación a las Víctimas de la Actuación Ilegítima del Estado, del Ministerio de Educación y Cultura, colocara una placa de la memoria frente a al chalet ubicado en Avenida de las Américas y Santa Bernardita en Shangrilá utilizado como puesta en escena de un operativo del Plan Cóndor, la Intendencia de Canelones y la Comisión Memorias de la Costa, confirmaron a Revista Metropolitano que se trabaja para conformar un circuito de la memoria en Ciudad de la Costa. Además llaman a vecinos y organizaciones que puedan aportar datos de lugares tanto de detenciones clandestinas como los usados para hacer reuniones en una época en que estaban prohibidas por la dictadura
“El objetivo es recobrar la memoria de la historia reciente de Ciudad de la Costa. Vamos a seguir marcando espacios”, dijo Nibia López de Memorias de la Costa
Por su parte Valeria Rubino, directora de la Secretaria de Derechos Humanos de la comuna canaria, indicó que “estamos relevando territorio a territorio en Canelones los sitios que fueron utilizados por el terrorismo de Estado. Ya sea porque marcan los delitos atroces que cometieron, o también los lugares donde la gente con creatividad lograba reunirse en momentos en que había una prohibición de no reunirse más de tres personas. Donde se hablaba de política, de libertad y también de cosas como mejoras para el barrio. Por ejemplo se usaban iglesias, paradas de ómnibus, clubes deportivos, o alguna vecina que se ofrecía para proteger materiales, gente o lugares donde se imprimían materiales”, explicó Rubino.
Agregó que “en Ciudad de la Costa pedimos que se comuniquen con Memorias de la Costa que están trabajando en esto, para que nos brinden datos que puedan tener sobre este territorio. La idea es hacer un circuito, o más de uno porque Ciudad de la Costa es muy grande, que se pueda recorrer a pie o en bicicleta y de alguna manera reconstruir una parte de la historia del barrio y la ciudad”, apuntó Rubino.
A su vez en Salinas donde la mesa Política del Frente Amplio se este fin de semana con más de 200 vecinos y organizaciones, también se planteó el rescate arquitectónico y territorial de lugares que fueron centros de violaciones a los derechos humanos, contó Mariano Bianchino, presidente del FA canario.

La farsa del Chalet Susy

«Este lugar conocido como «Chalet Susy» ofició como puesta en escena de un operativo del Plan Cóndor para legalizar ante la opinión pública detenciones de uruguayos secuestrados en Argentina por motivos políticos e ideológicos y trasladados clandestinamente al país. Nunca más terrorismo de Estado», dice la placa instalada el domingo.
En ese sitio, el 23 de octubre de 1976, hace 40 años, «se desarrolló uno de los eventos más flagrantes de manipulación mediática de la población perpetrada por el Terrorismo de Estado», según expresa la resolución del Municipio de Ciudad de la Costa que declaró de interés municipal la señalización del inmueble.
Las fuerzas conjuntas alquilaron esa casa para simular un «asado», al que llevaron a un grupo de personas que fueron secuestradas y torturadas en Automotores Orletti, Argentina, como parte de la ejecución del Plan Cóndor. Estos detenidos fueron trasladados en aviones de la Fuerza Aérea a Montevideo, en los llamados «vuelos de la muerte», sometidos nuevamente a torturas en una casa de Punta Gorda y luego en el Servicio de Información de la Defensa (SID), en Bulevar Artigas y Palmar, y posteriormente obligados a participar en el «asado» en Shangrilá, a cambio de perder la condición de desaparecidos y ser trasladados a penales oficiales, recuperando contacto con sus familiares.
Los detenidos fueron llevados al chalet Susy en vehículos militares. En la casa, los represores habían hecho un «berretín» en la estufa a leña y habían colocado armas y material de propaganda del Partido por la Victoria del Pueblo, organización a la que pertenecía la mayoría de los detenidos. Tras esperar varias horas bajo custodia, presenciaron un operativo militar montado para capturarlos. Después de efectuado el simulacro de detención, los militares convocaron a los medios de comunicación para que filmaran y fotografiaran a los detenidos, que fueron obligados a salir de la casa de a uno y a pronunciar su nombre en voz alta ante la prensa. Al otro día, un diario de la época titulaba: «Duro golpe contra nuevo brote subversivo. Caen 62 sediciosos. Shangrilá: desbaratan base y les incautan armamento».
La historia está contada por algunos de sus protagonistas en el documental La gran farsa, de Alejandro Figueroa. Se trata del «Primer vuelo de la muerte».
En la ceremonia, realizada ante más de un centenar de personas, se colocaron también placas de la Junta Departamental y de la Intendencia de Canelones, y de la Comisión Memorias de la Costa.