Finalizaron las obras en las auxiliares a Giannatassio entre Becú y Buenos Aires, lado norte y sur y también en Real Azúa y Mercedes. La zona era todo un problema para vecinos y comerciantes que sufrían un paisaje lunar plagado de cráteres que se volvían lagos con la lluvia. Revista Metropolitano realizó una recorrida dialogando con comerciantes y vecinos que en general tomaron las obras paliativas como muy bien venidas, aunque algunos dudaron de su efectividad a la hora de drenar el agua. Para este jueves y viernes se esperan lluvias que pondrán prueba las obras.
“Vamos a ver cuando llueva por ahora vamos bien. Ya era hora de que hicieran algo, porque para los comercios es jorobado. Si tenés un lago en la puerta la gente sigue de largo”, comentó Laura, encargada de una farmacia.
Miguel es propietario de la fábrica de pasta La Espiga de Oro. “Lo veo con buenos ojos pero vamos a ver cuando llueva. Acá había dos lagos, literalmente. Tengo fotos y videos de lo que era. Yo no soy ingeniero pero veo que no hay salida para el agua, Hicieron una zanja muy pequeña y se levantó la calle por lo que algunos comercios quedaron más bajos todavía. Yo no veo drenaje. Vamos a ver porque nosotros incluso habíamos sufrido una baja en las ventas por estas condiciones”, puntualizó el comerciante.
Pedro, empleado de una ferretería, es más optimista. “No se puede pedir la chanca y los cinco reales. Esto es bueno, es positivo para los comercios y los clientes, por lo menos se hizo algo”, comentó.
Desde un gimnasio ubicado sobre Giannatassio, Chelsy también cree que la obra mejorará la situación. “Sí está muy bien. Acá no se podía estacionar el auto. Está mucho mejor, así que más vale tarde que nunca”, indicó.
Walter es un vecino que vive frente a Tienda Inglesa hace 30 años. “Esta Intendencia por lo menos hizo algo. Ahora no se porqué no vituminizan. Pero nunca habían hecho nada. Yo pago contribución por cinco y la casa se me llena de tierra constantemente”, aseguró el vecino.
Por su parte la Directora General de Obras de la Intendencia de Canelones, Lucía Echeverry explicó a
Revista Metropolitano que lo que se hizo es un trabajo para dar transitabilidad a la zona para vehículos y peatones, ya que la mega obra tiene un plan y un proceso, pero hay que dar soluciones para no afectar en demasía la vida cotidiana de los vecinos, indicó la jerarca.
En este sentido el concejal Alejandro Lagarreta había explicado a Revista Metropolitano que no se trata de una zona “olvidada”, sino que se está siguiendo una lógica en las obras que se realizan.
“A veces para solucionar un lugar es necesario trabajar en otro. Por ejemplo hay vecinos que tiene cunetas más anchas y no tenían un gran problema de acumulación de agua, pero esas cunetas anchas evitan que el agua se estanque a diez cuadras de allí. Es lo mismo que una gotera en una planchada, la gota te cae en un lado pero el agua entra por otro lado”, ejemplificó.
Apuntó también que “se entienden los problemas que generan a los vecinos, pero después que se pasa por todo esto la calidad de vida cambia y esto pasa a la historia. Hay una planificación que no es caprichosa, tiene su lógica, hay controles constantes”, indicó.