Según la fiscal Mirna Busich, el hombre que fue enviado a prisión por esclavizar a su familia durante diez años ejercía “violencia física y psicológica” sobre sus víctimas. El hombre que fue formalizado esclavizó y golpeó durante unos diez años, tenía un «dominio total» sobre sus víctimas. El agresor era un ciudadano brasileño que vivía con su familia en La Floresta, en Canelones, que había sido denunciado por violencia doméstica el pasado febrero, acontecimiento que disparó la investigación que finalmente concluyó con su detención y posterior imputación. Según explicó Busich, el agresor ejercía violencia física y psicológica sobre su esposa y sus cuatro hijos, tres mujeres y un hombre, dos de los cuales ya son mayores.

La fiscal indicó que cuenta con pruebas de que el hombre abusaba sexualmente de la más pequeña, de siete años, y que mantenía en un régimen de esclavitud al hijo de su pareja, de 13 años. En ese sentido, la fiscal explicó que el hombre obligaba al adolescente a trabajar hasta altas horas de la madrugada y cuando no vendía un animal (llevaba adelante un criadero de perros) lo asesinaba delante del menor. Actualmente la mujer y sus hijos cuentan con el apoyo de la Unidad de Víctimas, pero han sufrido «un daño psicológico muy grande», señaló Busich. «Las víctimas estaban muy sometidas, pudimos llevar adelante el caso por la colaboración que tuvo la Unidad de Víctimas con nosotros porque ejercía un dominio total sobre todos los integrantes de la familia», indicó la fiscal. «Todo lo que ocurre en el interior de una familia es muy difícil que salga a luz hasta que las víctimas no pueden más y finalmente denuncian. Lo que sucede es que la característica fundamental de la violencia doméstica es que están bajo un sometimiento que no toman conciencia de que eso no está bien y a esas víctimas siempre es difícil poder interrogarlas», agregó.