Una noche inmejorable y un anfiteatro de Atlántida colmado de público recibieron este sábado al Dios Momo, que desembarcó en la costa canaria y dio inicio a su fiesta que por estos lares, es la más larga del mundo.
No faltó la explicación de porqué este año el Carnaval de Canelones no tendrá reinas. “El espíritu de la elección de las reinas se contrapone a las políticas trazadas desde el gobierno departamental en cuanto a género y equidad, donde las mujeres son visualizadas como objetos y evaluadas en base a estándares de belleza impuestos. Es por esto que este año 2018 dejamos de lado un formato competitivo”, indicó parte del comunicado leído desde el escenario. Así, como informara revista Metropolitano, se cambió la tradicional elección por una idea que vinculó a los artistas canarios, por eso seis bailarinas de samba y 12 de candombe, en representación de sus grupos, crearon coreografías conjuntas y otras específicas de su estilo.
La explicación arrancó el aplauso de buena parte del público.
Casi Murga, la murga de Migues, abrió con “Presos por el Consumo”, su espectáculo de 2018. Desde el vamos ya se destacó una buena amplificación y una iluminación acorde.
Luego llegaron las coreografías conjuntas de las bailarinas que representaban a buena parte de Canelones. Sin barroquismo pero con una cuidad estética y buena comunicación en escena arrancaron el aplauso de toda la platea en todas sus presentaciones. La coreografía de candombe con 11 bailarinas y un bailarín tuvo un destaque aparte que fue la música en vivo.
Our Dance, la revista ganadora del Concurso canario 2017, conformada por gente muy joven estuvo a la altura de las circunstancias.
Mientras tanto el grupo de humoristas Corchito y su Banda, entre payasos borrachos, vecinas alteradas y policías que trataban de poner orden, hacía de las suyas entre el público.
Un final a pura Timba
La banda en vivo funcionó a la perfección en todo momento, sobre el final trasformada en “El club de la Timba”, logró una excelente comunicación con el público. La banda se acomodó a los tiempos que corren y en vez de pedir velas o encendedores que llamaran desde la platea, solicitaron la luz de celulares, que creció como invasión de luciérnagas. Entre rumbas toda la gente se puso a bailar y no los dejaba ir y todos fueron invitados a bailar sobre el escenario, en lo que fue una fiesta popular que dio cuenta de la inmortalidad de su anfitrión, el irreverente Momo.
El Carnaval de Canelones convoca a unas 2.500 personas que participan de algún grupo de carnaval y más de 200 mil que lo hacen como espectadores. El 27 de enero será el Desfile Inaugural en la ciudad de Canelones.