La Feria del Libro será este año del 5 de agosto al sábado 18 de agosto, en Rio de Janeiro al kilómetro 21.400 de Giannatassio, “adonde volvemos desde 2014 la última vez que la hicimos en ese lugar”, contó Beatriz Santestevan, organizadora del evento. Son 14 días de los cuales 10 son “propuestas de extensión cultural” que van hasta las 18 hs.
“Y de estos hay seis días que se continua hasta las nueve de la noche porque trabajamos la palabra desde todo el punto de vista”.
A la Feria se invita a músicos cuidadosamente elegidos para que transmitan con la palabra, a coros, bailarines de todos los estilos para que hablen con su danza y también a través de líderes sordos para que se afiance la lengua de señas como una forma también de comunicarnos.
“Y por supuesto invitamos a nuestros artistas plásticos la palabra dicha desde una pintura un cuadro. En definitiva una Feria del Libro que se abre en un abanico muy importante”, señaló la organizadora.
Santestevan explicó que todos los niños y jóvenes vienen en carácter de “extensión cultural” con maestros, docentes, talleristas y “todos vienen habiéndose anunciados, todos están esperados o sea que no vienen a la Feria por venir, vienen a un lugar donde una persona los espera”, apuntó.
Los jóvenes visitantes tienen una secuencia de juegos, de actividades artísticas, exposición y cada grupo además conoce a un escritor uruguayo. “Luego hay un espectáculo de cuento, porque en este ámbito le tenemos que dar mucho movimiento” indicó.
Destacó que se cuenta con profesionales del cuento que saben contar en forma “atractiva” para conquistarlos, para que comiencen a “saber escuchar al otro y para que digan y se entusiasmen a que también son capaces de hacer lo mismo, simplemente con ganas de contar y tener claro el discernimiento”.
Santestevan sostiene que el cuento fue la manera antigua de “transmitir”, primero fue “la gestualidad y sonidos guturales, después la palabra en un idioma y después recién la escritura así que vemos como la palabra tiene una importancia vital”, recordó.

 
 Una rabieta bajo la lluvia
 
Santestevan contó que el origen de la Feria comenzó de la misma manera como nació El Altillo, “librería de la cual somos propietarios hace 25 años, aunque hace 40 años que vivo en Ciudad de la Costa”.
“Cuando mis hijos iban a la escuela, enloquecía buscando material porque no había librerías en la zona, sino que eran papelerías, por lo cual debía viajar a Montevideo a conseguir los libros. Dicen mis hijos que un día cuando fui a buscar libros, regresé empapada y era tal el enojo que dije apenas cruce la puerta: voy a poner una librería”.
Santestevan no tenía experiencia en el rubro, “pero me gustaban los libros, incluso cuando nació El Altillo, había un proyecto de incentivo a la lectura, de promoción de los autores uruguayos y una cantidad de actividades a realizar. Era una librería en una planta alta, algo distinto pero lo cierto es que la idea gustó”, indicó. En sus años de experiencia Santestevan a constatado que Cuidad de la Costa tiene un porcentaje alto de personas lectoras y de personas que les gusta las actividades culturales.
Pero la librería no era todo, por eso, a partir de ir a Ferias al exterior, de viajar y de encontrar que esas Ferias empezaban a mostrar el libro como se muestra cualquier artículo, “me dije con que cuando uno es crítico debe hacer algo diferente, por eso surgió de esa forma la Feria del Libro que realizamos”.

Vigencia del libro

Para Santestevan el libro se mantiene vigente a pesar de los embates como fueron la aparición de libros digitales por ejemplo.
Sostiene que hoy en el mundo estos libros están “perdiendo la presencia” pero sin embargo no ha sido lo que más ha afectado al libro objeto, el libro papel.
“Lo que sí me ha afectado es que el libro empiece a aparecer en lugares distintos como las góndolas de los supermercados y lo llegué a señalar en alguna oportunidad con gente entendida. Me respondieron que el libro en el supermercado atraía a personas no lectoras y sé que no es así”, afirma.
“Pero además un problema que tenemos es que el público nos piden libros que no están en Uruguay. Nosotros  tenemos un filtro Europa- América, América- Argentina y no todo llega a nuestro país. Entonces no todo llega porque en Uruguay no es un país grande y nos vemos mucho tiempo buscando material que la gente pide”, apuntó.
Cuando El Altillo empezó “no había editoriales para niños y jóvenes en Uruguay apenas una chica en forma muy casera, había nacido la editorial Tae, había un mini proyecto en Mosca hnos, para niños y tres o cuatro autores trasegando el país entero para promover la literatura más nuestra. Después empezaron a aparecer editoriales que editaban a nuestros autores para jóvenes. Pero por suerte hoy nuestros sacan trabajos en el exterior. Por ejemplo de pronto a un autor en Argentina le editan un libro para niños con 15.000 unidades, acá sacamos 1.500 y no es nada para el mundo pero mucho para Uruguay, por lo que digo que somos un país lector”, explicó.

Niños, libros y ceibalitas

Para la creadora de la Feria del Libro en Ciudad de la Costa estamos en un momento bisagra “porque desde el Plan Ceibal, que tiene un parte para aplaudir, tiene otra que fui crítica porque señalando un niño -una computadora no es lo ideal. Para mi cuando se diga un niño- un libro- una computadora, entonces sí estaré de acuerdo. Igualmente hay docentes que trabajan ambos y es bueno, pero cuando no se hace, es  ahí que entiendo lo que llamo bisagra. Cuando veo que vienen padres y le dan al niño el celular creo que estamos en peligro, no solo para el libro, sino como ser persona, porque entiendo que muchas veces lo que ingresa por internet no tiene fundamentos. Si los adultos ahora no tomamos medida en nuestras casas con nuestros hijos, nietos, estamos generando una generación que no va a saber discernir, a poner en tela de juicio, porque se crían pensando que ese aparatito les dice toda la verdad. Y no es así realmente no. Tendremos una generación que se va creer todo lo que le cuentan”, advirtió Santestevan.