Padres y madres de la Escuela N°224 El Pinar, más conocida como “La escuela de madera”, advirtieron por una creciente ola de robos en la Escuela, incluyendo bicicletas de los escolares que llegó al máximo de alerta el “7 de diciembre a las 11 hs, cuando dos personas saltaron el muro y se dirigieron a la zona del bicicletero para, frente a la mirada de niños y maestras, hacerse de otra bicicleta”, indicaron los padres en una carta a la que accedió Metropolitano. Se pide la mejora en el cerco perimetral solicitud que indican no ha sido atendida por la Dirección de la Escuela ni por autoridades de Primaria. Además en una reunión extraordinaria de padres y madres se decidió comprarle las bicicletas a los dos escolares a quienes se las hurtaron.

El que sigue es un texto dado a conocer por los padres y madres:

“Las familias de la Escuela N°224 del Pinar deseamos expresar nuestra profunda preocupación frente a los hechos delictivos ocurridos los días pasados en la institución.

Como tantas otras, nuestra Escuela no pudo escapar de la creciente ola de inseguridad que vive la sociedad, y nos resulta particularmente angustiante pensar que en un futuro cercano tengamos que lamentar más que daños materiales.

Niños y niñas tienen derecho a concurrir a su Escuela con la tranquilidad de saber que se encuentran resguardados del peligro; desde hace años se han elevado a la dirección pedidos de mejora del cerco perimetral sin que se brinde solución alguna, hemos hecho especial énfasis en que por tratarse de una construcción tan añosa para sus características (es una Escuela de madera), se encuentra particularmente vulnerable a episodios de inseguridad, sobre todo si se tiene en cuenta que el estado general de la misma (electricidad, sanitaria, estructura) no es muy bueno. La proximidad con una avenida (está en el km 28.500 de Giannattasio) y el hecho de que uno de sus laterales da a un terreno baldío hacen de la misma un blanco muy expuesto y ponen en riesgo la seguridad de quienes asisten a ella.

Desde hace mucho tiempo la comunidad educativa de nuestra Escuela reclama, entre otras cuestiones, la mejora del cerco perimetral, pedido que ha sido desatendido en numerosas ocasiones tanto por la dirección del centro como por las autoridades a cargo.

A fines del año 2018 y principio del 2019, se dieron una sucesión de hurtos que no sólo ocasionaron la pérdida de material escolar (televisión, licuadora, jarra eléctrica y equipo de audio) y la rotura de infraestructura (daños en el alumbrado y robo de focos). Frente a esto, la Comisión Fomento Escolar decidió utilizar los fondos existentes para colocar rejas en aquellos salones donde fue posible. Sin embargo, la poca seguridad que ofrece el muro se evidencia en la asiduidad con la que las auxiliares de servicio encuentran indicios del ingreso de personas ajenas a la Escuela durante el horario de la noche, desde residuos como cajas de vino hasta cartones que indican el pernocte de individuos bajo la pérgola que rodea la Escuela.

Sin embargo, las cuestiones antes mencionadas se dieron fuera del horario escolar, a diferencia de los recientes sucesos que tuvieron lugar en la institución. El día 17 de noviembre al momento de retirarse una niña alertó acerca de la ausencia de su bicicleta, la cual luego se confirmó, había sido robada del predio mientras niños y niñas se encontraban en clase. Esto como es de suponer, alarmó de sobremanera a las familias y docentes, ya que evidenciaba que él o los delincuentes, entraron a la Escuela mientras los niños estaban en clase, sin embargo en dicha oportunidad no hubo que lamentar más que el mal momento de la familia por la pérdida de un elemento tan valioso para un niño como lo es su bicicleta.

Distinto fue lo ocurrido el día 7 de diciembre a las 11 hs, cuando dos personas saltaron el muro y se dirigieron a la zona del bicicletero para, frente a la mirada de niños y maestras, hacerse de otra bicicleta. Como resulta esperable, esto inmediatamente generó una situación de desconcierto general, seguida de las más diversas reacciones, desde la profunda angustia y miedo algunos de los niños que se encontraban tan próximos a los delincuentes, hasta actitudes impulsivas de algunos otros niños de perseguir en su inocencia y afán de impedir el robo a estos dueños de lo ajeno, sin medir las posibles consecuencias.

Si bien no fue posible recuperar la bicicleta robada, en esta instancia no hubo que lamentar heridos ni existió confrontación directa entre los delincuentes y quienes se encontraban en la Escuela. Sobra decir que como familias nos encontramos extremadamente preocupados por la seguridad y el bienestar de los niños en la Escuela, estamos al tanto que otras instituciones de la zona también se han visto perjudicadas de manera similar, pero nos preocupa no obtener respuestas inmediatas tendientes a prevenir sucesos similares o de mayor entidad”, indicaron los padres de los escolares.