Una mujer con uniforme de enfermera y tapaboca ingresó al hospital Francisco Soca en Canelones y le entregó un revólver de calibre 38 con 6 municiones. Un testigo vio la situación y comenzó a advertirlo, lo que generó pánico en el hospital. La gente comenzó a correr y los funcionarios de salud se refugiaron en diferentes áreas del hospital. El recluso, armado, apuntó a los dos guardias que lo custodiaban, pero fue rápidamente reducido por los policías.
Los investigadores buscan a la mujer que fue captada por las cámaras de seguridad ingresando al hospital. El recluso sigue a disposición de las autoridades, y cumple una condena por homicidio y tráfico de armas.