Texto y fotos Meri Parrado
El Día Internacional de la Mujer se conmemoró este año en un contexto de pandemia por Covid-19, lo que no impidió que las mujeres y disidencias salieran a las calles a reivindicar su lucha contra la desigualdad de género, con tapabocas, pero nunca calladas.
La actividad fue convocada por Klei Colectiva, La Rebelión de las Musas y contó con la presencia de la alcaldesa del Municipio de la Ciudad de la Costa, Sonia Misirián, integrantes de los colectivos organizadores y del Encuentro de Mujeres de la Costa. Sobre las 14.00 horas decenas de mujeres de todas las edades se acercaron a la Plaza 8M ubicada en Becú y Giannattasio, Lagomar, donde poco a poco fue cobrando predominancia el color violeta, los globos y las pancartas con mensajes reivindicativos.
«Me mataron cuando nací», «La violencia machista es una pandemia y no hay barbijo que nos proteja», «Te caansas de oírlo, nosotras de vivirlo», «Marcho hoy por que maña no sé si estoy», expresaban algunos de los carteles que sostenían las mujeres durante la manifestaciones.
La instancia fue pacífica, las mujeres se encontraron, se expresaron y denunciaron las problemáticas que viven día a día debido a la desigualdad de género, agudizada en tiempos de pandemia. Muchas mujeres quedaron desempleadas, aumentaron sus tareas en el hogar, así como las responsabilidades de los cuidados de otras personas de la familia que pasaron a permanecer más tiempo en sus casas.
Todas estas tareas, que por costumbre y «lógica patriarcal» recaen sobre los cuerpos de las mujeres e identidades feminizadas, aumentaron al mantenerse más horas encerradas en lo doméstico. Como si eso no fuera poco, en muchos casos, las mujeres quedaron más expuestas a la violencia intrafamiliar y a convivir más tiempo con hombres agresores. Por todos estos motivos, se salió a las calles.
Con tapabocas, pero no en silencio
Luego de una hora de concentración, se recitó una poesía feminista y se finalizó con la lectura de la proclama redactada por Klei Colectiva. «Hoy nos encontramos reunidas en las calles una vez más, dándole voz a todo esto que nos atraviesa como mujeres desde el momento que llegamos al mundo, todas esas vivencias, maanifestaciones de opresión y violencia a las que se nos condena socialmente desde el momento que es determinada nuestra autonomía», inició el texto.
En otro pasaje del texto, las feministas aclaran que el 8M «no es un día de celebración», sino «de reivindicación y de lucha». Mediante la proclama exigieron mejora e igualdad salarial y recordaron que «la feminización de la pobreza es una realidad». También le solicitaron el Estado que se pronuncie ante los «constantes feminicidios» y ante la situación de miles de mujeres que «durante la pandemia han tenido que convivir con sus abusadores». «La violencia intrafamiliar es la primera causa de feminicidio, y una de las primeras causas de homicidio; el confinamiento no ha hecho más que condenarnos a esa realidad que es desatendida con y sin pandemia», denunciaron.
Al finalizar la proclama, integrantes de las diferentes colectivas y feministas autónomas partieron en manadas hacia las diferentes marchas convocadas. Algunas se fueron hacía la gran movilización que tuvo lugar en Atlántida, y otras hacía la popular marcha por el centro de Montevideo, convocada por la Coordinadora de Feminismos Uy.. La lucha continuó hasta la noche y no se terminará hasta nuevo aviso.