El socio fundador y director de Kopel Sánchez Arquitectos, Sebastián Sánchez, participó el martes 2 de setiembre en un desayuno de trabajo organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), donde compartió su visión sobre el desarrollo inmobiliario en Uruguay.También disertaron es este evento Ignacio González, presidente de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay y Carlos Lecueder, director del Estudio Luis E. Lecueder.

En su exposición, Sánchez aseguró que “el desarrollo inmobiliario es un gran articulador de tres ejes: empleo, capital e innovación”. Con respecto al empleo, estimó que, actualmente más de 56 mil personas trabajan en la construcción, de las cuales “entre un 30 y un 40 por ciento están en proyectos residenciales e inmobiliarios”. A eso se suman otros rubros como intermediación, administración y servicios, que elevan la cifra a unos 60 mil empleos directos e indirectos.

En cuanto a la inversión, el empresario destacó la importancia del sector como generador de capital. “Somos importadores de capital, embajadores de las inversiones”, aseguró, al explicar que muchos uruguayos con activos en el exterior apuestan al país cuando son convencidos por desarrolladores para invertir en nuevos proyectos. “Los desarrolladores inmobiliarios nos levantamos todos los días para generar inversiones y para motivar a gente y convencer a gente para que invierta”, añadió.

Sobre los recursos económicos disponibles para continuar desarrollando el rubro inmobiliario, Sánchez remarcó que el sistema bancario local cuenta con depósitos suficientes como para respaldar más iniciativas: “Hoy en Uruguay, el sistema bancario tiene más de 4.400 millones de dólares en depósitos bancarios. ¿Qué quiere decir? Que, si los desarrolladores inmobiliarios tenemos buenas ideas y buenos emprendimientos, no sería tan difícil de convencer a los bancos que nos apoyen o que participen del negocio, porque los depósitos están, y si los transformamos en inversión, se transforman en empleo”.

El tercer eje abordado fue la innovación que, según aclaró, “no es lujo, sino necesidad”. Sánchez hizo hincapié en el papel de la inteligencia artificial para optimizar tiempos y costos en las obras, así como en la incorporación de nuevas tecnologías de gestión y realidad virtual que, por ejemplo, permite simular la construcción de edificios, lo que mejora la experiencia de los compradores.“Para los desarrolladores inmobiliarios, vender apartamentos en el pozo hace 20 o 30 años, con solo una foto y una planta, no era lo mismo que hoy, cuando los proyectos son inmersivos y es posible casi que llevar al comprador a recorrer el edificio, su propio apartamento, los espacios, a través de la realidad virtual.”

También subrayó la relevancia de la sustentabilidad: “Entre el 30 y 40 % de los residuos mundiales están generados por nuestra industria. Tenemos que ocuparnos y preocuparnos de este tema”.

En otro tramo de su disertación, Sánchez se refirió al futuro del consumo y la vivienda. Señaló que los jóvenes priorizan el alquiler antes que la compra, y que cada vez más familias buscan amenities y comunidad en sus proyectos. Asimismo, identificó oportunidades en las oficinas híbridas y en el “senior living”, un rubro con gran potencial en Uruguay debido al envejecimiento de la población.

Por otro lado, compartió detalles de dos proyectos que su empresa impulsa en Canelones: Villa García, un desarrollo de usos mixtos junto a Zonamérica y la Facultad de Veterinaria, y El Águila, sobre la ruta Interbalnearia, que se plantea como un proyecto interdisciplinario con participación de varios organismos públicos.

Respecto a los desafíos normativos, comparó las realidades de Montevideo y Canelones. Recordó que en la capital los tiempos de habilitación se han extendido por medidas cautelares y trabas administrativas, lo que afectó proyectos en el Centro. En cambio, en Canelones los tiempos “son más cortos, aunque igualmente los procesos siguen siendo lentos de de acuerdo a nuestras expectativas”, lo que en su opinión frena el dinamismo que la industria podría aportar a la economía.

En el último tramo de su disertación,Sánchez le envió un mensaje al gobierno al sugerir la importancia de que se mantengan “certezas jurídicas y reglas claras” para que el sector pueda seguir atrayendo capital. “En el último tiempo, hemos tenido ciertas incertidumbres. Hace 8 meses se empezaron a hablar de cambios en diferentes leyes, tanto en la vivienda promovida como en el plan entre todos, así como en el plan de vivienda quinquenal. Eso hace que, al no tener una línea de comunicación, los desarrolladores inmobiliarios, que somos los que tenemos que dar respuestas, tampoco lo tenemos claro”.

Y agregó: “Como desarrolladores inmobiliarios, le pedimos siempre a los gobiernos que sean más certeros y más directos con las reglas de juego, y que nogeneren espacios de incertidumbre que luego hacen más difícil mover la rueda”.

“Nuestra responsabilidad como desarrolladores inmobiliarios es innovar y seguir atrayendo capitales al país. Si las cosas las hacemos bien, tenemos una gran oportunidad”, sentenció.

Consultado sobre el techo del desarrollo residencial en un país pequeño y sin crecimiento poblacional, Sánchez sostuvo que la clave no pasa solo por el aumento demográfico, sino por los cambios en la forma de habitar. “En Uruguay no hay crecimiento demográfico, pero sí hay movimiento demográfico”, explicó, al señalar que muchas familias se trasladan en busca de mejor entorno, naturaleza o nuevas dinámicas de vida, fenómeno que se aceleró con la pandemia.

Además, remarcó que los datos del último censo revelan una transformación estructural: “En el censo anterior había 2,8 habitantes por vivienda y hoy son 2,1. Eso implica que, con la misma población, se necesitan un 20% más de unidades habitacionales”. A esto se suma el hecho de que la vivienda se volvió también un espacio de trabajo, lo que incrementa la demanda.