Luego de un arduo trabajo de investigación y restauración, la dirección de la Comisión Administradora del Parque Roosevelt y el grupo Esculturas en el parque inauguraron la restauración de Camino de los Colores de Roland Goeschl, obra de arte abstracto de gran importancia a nivel mundial.
La escultura, que se encuentra en el Parque Roosevelt desde la primera Bienal Internacional de Escultura al Aire Libre en 1969, se ubica en la zona 2 sobre Av. de las Américas y fue restaurada en el 2024 por el arquitecto y artista Jorge Díaz, con el financiamiento de lo recaudado por las actividades que se realizan en el parque.
Camino de los Colores es una obra realizada en hormigón que fue creada por Goeschl directamente en el parque. Es considerada una de las obras más importantes del arte abstracto en el espacio público, cuyas formas y colores responden a la era de la Bauhaus.
La obra explora la relación entre la estructura, el espacio y la percepción visual y mide cuatro metros de alto por 60 metros de largo. El nombre proviene de sus propias características, ya que un gran camino rojo atraviesa dos volúmenes de colores primarios quebrados, que forman una especie de portal, inserto en un eje de árboles de eucapiltus de gran porte.
El proceso de restauración también contó con la participación del artista Fernando Foglino y del Director de la Comisión Administradora del Parque Roosevelt, Arq. José Freitas. Durante el proceso se conformó un grupo de trabajo llamado Esculturas en el parque, que incluye a varios actores de la sociedad civil, entre ellos, el Foro Viena Montevideo.
Durante la inauguración de esta restauración, el Director Freitas explicó que se trató de un “despertar de un patrimonio artístico que estaba oculto porque había quedado después de su realización sin cuidado, como otras obras de esa bienal de escultura que hubo en 1969”, debido a que al poco tiempo de la bienal comenzó la última dictadura cívico-militar en nuestro país.
El arquitecto informó que restaurarla y ponerla en valor fue importante para el parque y para toda la zona ya que se trata de una obra de arte de importancia nacional con un potencial de interés artístico a escala mundial. “Nos genera expectativa e ilusión que pueda disfrutarse por la comunidad cercana y no tan cercana, que puedan venir a visitarla y conocer el parque”, consideró.
El proceso de investigación para restaurar la obra fue necesario debido a que había perdido sus colores con el tiempo. A través de la asociación sin fines de lucro Foro Viena Montevideo, fundada en Viena en el año 2013, el equipo de trabajo se puso en contacto con el crítico de arte Dieter Bogner, especialista en el artista vienés Roland Goeschl, quien se reunió con el equipo en Viena y ayudó conceptualmente en la restauración.
Julieta Ridich, periodista uruguaya-austríaca, participó del proceso de restauración e hizo de puente para que el equipo del parque trabajara en contacto con Bogner. Dijo que el trabajo se realizó en un ambiente muy entusiasta y de mucha riqueza artística y social porque se buscó el intercambio cultural entre Viena y Uruguay, así como poner en contacto el arte en espacios públicos con la comunidad.
Freitas explicó que Esculturas en el parque es un grupo que busca promover el arte para que las obras en el espacio público tengan “relación con la naturaleza y con la comunidad”, haciendo que las esculturas sean consideradas objetos artísticos así como elementos de comunicación y vínculo con la comunidad.
La obra Camino de los colores y su autor, Roland Goeschl
El autor de la escultura, Roland Goeschl, nació en Salzburgo (Austria) en 1932 y falleció en Viena en 2016. Fue pintor, escultor y ejerció la docencia como historiador del arte. Ganó fama internacional por sus esculturas en colores rojo, amarillo y azul, que se han convertido en características suyas. En 1972 obtuvo una plaza como profesor titular en el Instituto de Arte y Diseño de la Universidad Politécnica de Viena y en 1975 recibió el Premio de Artes Plásticas de la Ciudad de Viena.
Fue un destacado representante de la vanguardia austríaca después de 1945, cuya obra se caracterizaba por la exploración de la geometría y el uso del color. A lo largo de su carrera, fue una figura fundamental dentro de los movimientos de arte geométrico y abstracto y su influencia sigue siendo relevante en la escena artística contemporánea.
Camino de los colores es una escultura en la que un camino rojo atraviesa una puerta de color. Esta puerta consiste en una escultura de hormigón de dos partes: las superficies superiores de los dos polígonos de casi cuatro metros de altura descienden en diagonal hacia el espectador. Las superficies exteriores son lisas, las paredes interiores están estructuradas por salientes y entrantes dentados. El amarillo está reservado para las zonas exteriores, mientras que para las superficies interiores se utilizó el rojo y el azul.
El visitante puede caminar y mirar a través de las paredes de colores. Aunque la puerta de color, construida a partir de elementos geométricos y estructurada con colores primarios, contrasta fuertemente con la naturaleza que la rodea, la abertura más grande permite al espectador tener una conexión con el espacio circundante.
Como en los trabajos posteriores de Goeschl, la marcada polarización entre la naturaleza y los elementos artificiales provoca una reflexión sobre las intervenciones en el medioambiente. El entorno del “camino de color” está incluido en la obra. Según el artista, lo que le interesó de este proyecto fue la idea de un cambio medioambiental en un espacio de acceso público. Para él, colocar objetos en relación o en contraste con el espacio que los rodea y, por lo tanto, provocar un cambio o alienación era una expansión de las posibilidades de la escultura.