Textos y fotos: Meri Ann Parrado
A cielo abierto y con la presencia del sol, que se filtraba entre las copas de los altos pinos y caía sobre la arena, volviéndola tibia, miles de personas disfrutaron de la Bioferia uruguaya, el evento de sustentabilidad más grande de América Latina, que brindó dos días de disfrute en un entorno único, con el clima como cómplice, integrando naturaleza, innovación, aprendizaje, conciencia ambiental y esparcimiento. Niños y niñas corriendo libres —y, en algunos casos, descalzos— por el inmenso bosque, participando en actividades lúdicas; adultos recorriendo la feria de emprendimientos o asistiendo a charlas temáticas y propuestas de bienestar. Otra característica del paisaje la protagonizaron grupos de personas que extendieron mantas o telas disponibles, en modo picnic, y disfrutaron de unos mates al sol, acompañados de productos de la feria de foodtrucks, que ofrecía comidas y bebidas para todos los gustos.
De a ratos, se veía cómo mucha gente comenzaba a movilizarse hacia “Pinos” y “Cola de Zorro”, los dos escenarios dispuestos para los espectáculos artísticos, que funcionaron en forma simultánea. Por allí pasaron Rueda de Candombe, una jamsession de Gustavo Montemurro con estudiantes del Conservatorio Sur, la banda Alias Tuk y los Niños Eternos, Bárbara Lange con su espectáculo de danza y expresión corporal, el grupo para infancias Encanto al Alma, Cosas de Titiritero, El Negro Rada, La Olla, entre otros.
Así fue como la cuarta edición de laBioferia —y la primera en Canelones— transformó el bosque de La Aldea, en El Pinar, en un espacio de encuentro singular donde la sustentabilidad dejó de ser concepto para volverse experiencia colectiva.
“Hay que animarse a salir de Montevideo”
Organizada por la agencia Neto, con apoyo de CREO (creadores de Aldea) y la Intendencia de Canelones, la feria convocó a emprendimientos, organizaciones, empresas, familias y actores institucionales a “animarse a salir de Montevideo” y disfrutar de dos jornadas en un entorno natural privilegiado. Así lo expresó Bebo Gold, director de Bioferia Uruguay y de la agencia Neto, en diálogo con Metropolitano.
Explicó que la iniciativa llegó al departamento tras tres ediciones en Montevideo y una trayectoria previa de eventos vinculados a innovación social, realizados entre 2016 y 2018. Señaló que la elección de La Aldea y el impulso del gobierno departamental fueron decisivos para concretar esta expansión territorial. “Este año, gracias al apoyo también de la Intendencia de Canelones y en especial del Barrio Aldea, que es un barrio de sostenibilidad, nos congregamos acá para poder invitar a todos a vivir dos días de pura sustentabilidad. Lo que promueve la Bioferia es dar visibilidad a todos los que están trabajando en temas de sostenibilidad: empresas, ONGs, la ciudadanía y demás”, afirmó.
El objetivo principal, sostuvo, es combinar aprendizaje, comercio consciente y entretenimiento en un formato abierto a la comunidad: “Charlas, talleres, música, gastronomía, todo lo que tiene que ver con movilidad eléctrica, igualdad de género, discapacidad. Pero traerlo también desde un lugar de aprendizaje y de diversión. Es un evento familiar, ciudadano y empresarial”. Y añadió: “Por suerte, también gracias a los medios de comunicación de Canelones, como Metropolitano, que nos ayuda a difundir, esto se hace realidad”.
La respuesta de la gente superó las expectativas y “nos sorprendió muchísimo”, expresó Gold. Contó que la convocatoria a emprendimientos creció de forma acelerada tras el llamado inicial: “En una semana teníamos al principio 90 emprendimientos, después 300. Se han anotado ya casi 400 emprendimientos interesados, y eso nos dio una idea de que hay un movimiento importante en la zona”. Finalmente, participaron más de 170 organizaciones, de las cuales alrededor de 70 integraron el mercado de consumo.
El proceso de selección fue abierto y comunitario. “Hicimos llamados en redes y en diferentes grupos y la gente fue rellenando un formulario para poder participar”, explicó. El resultado reunió proyectos locales —muchos vinculados a iniciativas de la Intendencia y programas como CREA— junto a propuestas de otras zonas del país.
Además de los stands, Gold destacó que el programa incluyó actividades diversas que combinaron bienestar, innovación y perspectiva ambiental: “En la primera jornada estuvo, por ejemplo, la demostración de bicicletas a hidrógeno verde, bicicletas eléctricas, baño de gong, charlas que tienen que ver con descarbonización, la igualdad de género, entre otras”, enumeró. También enfatizó que la agenda musical acompañó ambos días con distintos grupos, reforzando el espíritu festivo del encuentro.
Consultado sobre la continuidad del evento en Canelones, Gold expresó su deseo de sostener la apuesta: “Esperemos que sí. Aldea hizo una inversión muy importante para poder abrir esto a la comunidad y están muy contentos”.
Para finalizar,reflexionó sobre la importancia de descentralizar propuestas culturales y ambientales: “Primero, quiero transmitir que hay que animarse a salir de Montevideo. Canelones es un departamento muy bueno, hay gente espectacular, nos han recibido con los brazos abiertos”. Y sumó una reflexión central sobre el propósito de Bioferia: “Hay que seguir creyendo en esto de la sostenibilidad y en que se puede aprovechar la fuerza del mercado para solucionar desafíos sociales y ambientales. Podemos ser agentes de cambio con tan solo un gesto”, concluyó.
Rada: “Esto no se vive en Montevideo”
Uno de los momentos más destacados, divertidos y emotivos que se vivió en la Bioferia fue, sin dudas, el espectáculo de Rada, que disfrutaron las personas adultas y también las infancias, que se ubicaron en primera fila. Grandes y chicos cantaron fuerte, aplaudieron, saltaron, bailaron y hasta se formó un trencito al ritmo de la canción Muriendo de plena.
Durante su presentación, Rada valoró el evento y el entorno natural en el que se realizó. “Esto no se vive en Montevideo. Esto está divino, tener estos espacios. Veo a los niños felices”, expresó. “No permitan que hagan edificios altos”, sugirió.
También informó que se realizará una escuela de música para niños y niñas en El Pinar, pidió un aplauso para la iniciativa y aseguró que es muy importante que las infancias crezcan con música porque “es sanadora”.



