En una decisión que redefine la planificación del transporte público en el área metropolitana, el Gobierno anunció el abandono del proyecto de tranvía (Tren-Tram), impulsado por la administración anterior, para avanzar hacia un sistema moderno de ómnibus eléctricos articulados que circularán por corredores exclusivos. Desde el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) aclararon a Metropolitano que la nueva estrategia no se limita a que tecnología se utiliza- no se trata de tranvía versus ómnibus- sino que apunta a una solución más profunda del sistema de transporte metropolitano que necesita recuperar pasajeros, ser seguro, de calidad, confiable y sobre todo reducir significativamente los tiempos de viaje. Según las autoridades se han identificado corredores, troncales y obras de infraestructura que garanticen exclusividad para el transporte colectivo. La ministra Lucía Etcheverry, al frente de la cartera desde marzo, aseguró que el plan implica “una transformación profunda” del sistema: “Vamos a revolucionar el transporte en el área metropolitana”, afirmó en su primera conferencia como titular del MTOP.
Un sistema adaptado al contexto económico
El nuevo enfoque responde no solo a criterios de eficiencia, sino también a restricciones presupuestarias. Así lo expresó el ministro de Economía, Gabriel Oddone al diario El País, al señalar que se trata de una solución “efectiva y sostenible” ante un escenario económico desafiante.
Desde su asunción, Etcheverry lideró una serie de reuniones con actores clave, entre ellos el secretario de Presidencia Alejandro Sánchez, el intendente de Montevideo Mario Bergara, su par de Canelones Francisco Legnani, representantes empresariales y sindicatos del sector, en busca de consenso para avanzar con el proyecto.
Características del nuevo sistema
El plan contempla la implementación de una red de ómnibus articulados y biarticulados —con capacidad superior a los 200 pasajeros— que operarán en corredores exclusivos. Entre las principales medidas previstas se destacan:
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Implementación del pago anticipado del boleto.
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Eliminación de paradas intermedias para mejorar la fluidez.
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Restricciones al tránsito privado en zonas de alta congestión.
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Construcción de pasajes subterráneos en cruces clave.
El MTOP aclaró que no se trata simplemente de una elección entre tranvía o buses: “Eso es tecnología. Estamos trabajando en una solución estructural para el transporte metropolitano”, afirmaron.
Líneas troncales con alto impacto
El diseño del sistema parte de un estudio desarrollado en 2024 por el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve), con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y bajo la coordinación del economista Gonzalo Márquez.
Se prevén dos líneas troncales de alta frecuencia:
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Línea A: conectará Zonamerica con Ciudad Vieja a lo largo de 23 kilómetros, pasando por Camino Maldonado, 8 de Octubre y 18 de Julio. Tendrá 41 paradas y una frecuencia estimada de dos minutos. El tiempo de viaje se reduciría de 68 a 43 minutos.
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Línea B: unirá El Pinar con Plaza Independencia por Giannattasio, Av. Italia y 18 de Julio. Con 30 km de extensión, 48 paradas y frecuencia de cuatro minutos, permitirá reducir el trayecto de 81 a 54 minutos.
Ambas líneas convergerán en la avenida 18 de Julio y contarán con tres nodos de conexión: Barradas, Portones e Hipólito Yrigoyen. Una única entidad gestora se hará cargo de cada corredor, con líneas alimentadoras que completarán la red.
Infraestructura subterránea y rediseño urbano
Uno de los aspectos más innovadores será la circulación subterránea entre 8 de Octubre y Plaza Independencia. Este tramo, con alta densidad de tránsito y eventos, verá reducido su tiempo de recorrido de 22 a solo 7 minutos.
El rediseño urbano incluirá la ampliación de veredas, reordenamiento de ciclovías y la restricción del ingreso vehicular a la Ciudad Vieja, donde solo operará la Línea A en un circuito exclusivo.
Impacto estimado
El MTOP estima que el nuevo sistema permitirá un ahorro anual de más de 18 millones de horas para los usuarios del transporte público. Además, se prevé la eliminación de más de 30 líneas urbanas y suburbanas que hoy circulan por el centro de Montevideo, lo que contribuiría a descongestionar la ciudad y optimizar los recursos.
Con respaldo técnico del BID y el aval de actores políticos, sociales y empresariales, el Gobierno apunta a una transformación estructural del transporte público, con una mirada puesta en la eficiencia, la sostenibilidad y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.